Dña. Nerea Franco Pena, enfermera especialista en salud familiar y comunitaria, fue una de las ponentes destacadas en el III Congreso Multidisciplinar en Sanidad, celebrado recientemente. Durante el evento, compartió su experiencia y conocimientos en la prevención y detección temprana del cáncer de cuello uterino a través de su ponencia titulada «Cáncer de Cérvix: Protocolo del programa de cribado«.
El cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer de cérvix, es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células del cuello uterino, la parte inferior del útero que conecta con la vagina. Este tipo de cáncer es causado principalmente por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite por contacto sexual.
Según datos del Global Cancer Observatory de 2018, se detectaron 569,847 casos nuevos de cáncer de cuello uterino en todo el mundo. Esto representa el 3,2% de la incidencia global de cáncer. A nivel europeo, el cáncer de cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más común en mujeres entre 15 y 44 años, después del cáncer de mama.
Factores de riesgo y prevención
Los factores de riesgo incluyen el consumo prolongado de tabaco, la inmunosupresión, el uso prolongado de anticonceptivos orales. Así como, la paridad elevada, las múltiples parejas sexuales o el sexo vaginal o anal, que se consideran de alto riesgo. El VPH es la causa más frecuente de cáncer de cuello uterino. Se han identificado más de 200 genotipos del virus, de los cuales 14 son altamente oncogénicos, siendo el genotipo 16 el más frecuente.
Para prevenir el cáncer de cuello uterino, se recomienda la vacunación contra el VPH y el cribado mediante la realización de pruebas como la prueba de Papanicolaou (Pap) o la prueba de VPH. En España, se introdujo la vacunación en el calendario sistemático del Sistema Nacional de Salud en 2007. Actualmente hay tres tipos de vacunas disponibles: bivalente, tetravalente y nonavalente. La pauta de vacunación consiste en dos dosis separadas seis meses, iniciándose a los 12 años.
Cribado
En cuanto al cribado, en 2019 se publicó la orden de modificación de la cartera básica común del Servicio del Sistema Nacional de Salud para todas las comunidades autónomas, cambiando el programa de cribado oportunista a uno de carácter poblacional. El protocolo adecuado para el cribado incluye el comienzo más tardío del cribado en torno a los 30 años y la realización de la prueba de VPH.
Hay situaciones específicas en las que los pacientes no deben someterse al cribado, como la ausencia de cuello uterino por histerectomía o por causa congénita. Las mujeres bajo seguimiento ginecológico por una enfermedad inmunológica o con resultados de colposcopia inadecuados también pueden ser excluidas del cribado. Además, la realización del cribado no está indicada en mujeres menores de 25 años ni en adolescentes, ya que la diferencia de este tipo de cáncer es menor.
En resumen, el cáncer de cuello uterino es un tipo de cáncer que se puede prevenir mediante la vacunación y el cribado. Es importante conocer los factores de riesgo y someterse a pruebas